viernes, 1 de marzo de 2013

Migraña Oftálmica




            Los límites de la visión se han licuado,
            palpitante halo de cariz sicodélico,
            resplandeciente fulgor periférico,
            rayo azul en el aire resquebrajado.

            La realidad, en realidad, ha parpadeado,
            nauseabundo pestañeo esperpéntico.
            Nebuloso resplandor psicodisléptico,
            latido punzante, dolor inacabado.
           
            Se rasga el aire en el mirar quebrado,
también el lejano éter aristotélico.
Pasando a ser un azulado eléctrico 
la oscuridad pierde su significado.

La mirada partida se me ha quedado
colgando del espejo, reflejo mistérico,
mirando sin verme, vistazo desértico,
profundo temblor de niño asustado.

Llegó el dolor, tormento racheado,
embistiendo el burladero con su pico.
Talanqueras de frente y nuca hizo añicos
dejando en mi cabeza su sabor retestinado.


                                               Marcos Lloret García
           
           


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