Muerdo, tiro, me duelo y escupo,
mis dedos destrozo, mi sangre
chupo,
uñas arranco, cutículas degusto,
dejando las yemas en estado de luto.
Con la boca hambrienta mi mano
busco,
manjar secreto, placer oculto,
chirrío los dientes salivando de gusto
trazando con los labios un mapa
confuso.
Rastrean los ojos el punto de
inicio,
jirón de pellejo donde dar el mordisco.
Desgarran los dientes el lugar
elegido
y
la boca se vuelve sabor de mi olvido.
El fin no llega al dolor de mis
manos
y vuelvo, otra vez, al lugar descarnado
buscando dejar el hueso
despellejado.
Eterno vaivén de funesto resultado.
Marcos Lloret
García
No hay comentarios:
Publicar un comentario