viernes, 20 de septiembre de 2013

Los Demonios de la Guarda

A la noche, llegan los demonios.
A mi cama. A mi mente.
Llegan y dejan
sombras en los pies,
brumosas huellas.
Tanto tiempo ha pasado
que casi parecen dos segundos
apareándose bajo una luna
de fulgurante fantasía.
Ayer, quedó convertido en nada
emborrachando la nada de hoy
en espera de la que vendrá mañana.
Nada más que nada.
Intentos vanos de realidad.
Concretitud parida en lo oscuro
de pesadillas viajeras
sobre los lomos de los astros.
Exorcismo utópico de los monstruos
que me llaman desde dentro
con voz de arrullo partido
y cantes de bulería imposible.
A mordiscos, transito la noche,
mandíbulas dolorosas al alba,
dientes moviéndose en las encías
que sangran figuras flamencas
sin sonido, ni ritmo, ni tiempo.
Lengua reseca en mis fauces
atrapada por un cepo plástico
que impide la dislocación total
de la locura noctámbula.
El descanso se perdió
con la venida de los diablos
que guardan mi cama
mientras sueño dormir
en una tormenta de verano.


                                   Marcos Lloret García


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